La SD Huesca B solo tiene un deber entre ceja y ceja, que no es otro que levantar su negativa dinámica de resultados. El inicio de año comenzó bien para los jóvenes azulgranas, encadenando buenos múmeros, pese a ello, en esta segunda vuelta no han conseguido establecer la regularidad necesaria para estar en la zona más alta de la Tercera Aragonesa. Un debe que todavía es más importante en casa, los altoaragoneses no han conseguido ganar en sus últimas jornadas como locales ante el Ejea y Caspe, algo que quieren cambiar cuanto antes ante el CF Épila.
Los azulones viajan a territorio oscense con un pleno de puntos en los últimos tres enfrentamientos y con la mirada puesta hacia arriba. Vienen de ganar en su casa con mucha convicción al Caspe (2-0) y la UD Fraga (2-1), mientras que ha hecho lo propio contra el CD Belchite (0-1) a domicilio. Unas últimas pruebas que han demostrado el potencial que tiene la plantilla para estar compitiendo por más cosas, se trata de un oponente muy experimentado, poderoso a balón parado y dominante en las dos áreas. Por la parte que les toca, los de Sebas Martínez se centran en levantar su dinámica y en mejorar los detalles que han marcado desenlaces de partido muy dolorosos. En ataque, los azulgranas se encuentran bien, pero los errores atrás hacen que no se hayan conseguido mejores números. Por lo tanto, será clave recuperar la solidez defensiva para pelear cara a cara a un adversario que llega con una inercia positiva.
Actualmente, los epilenses son novenos en la clasificación, pero su gran momento está provocando que sus posibilidades de meterse en la pelea por la promoción sea una realidad. Su triunfo más reciente frente al quinto en la tabla les ha dejado a cuatro unidades, por lo que se prevé que sea un duelo de tú a tú dónde el Huesca no podrá ceder más puntos si quiere verse a final de campaña peleando por todo.