La SD Huesca invitaba a todos sus aficionados a presenciar el entrenamiento de este jueves, programado, en un principio, en El Alcoraz. Pese a que la lluvia de los días previos obligaba a trasladarlo al IES Pirámide, numerosos niños se acercaban hasta ahí para poder ver de cerca a sus ídolos. Los más pequeños observaban pacientes la sesión de trabajo mientras hacían acopio de las tarjetas de los jugadores para que se las firmaran al terminar.
Al finalizar el entreno, los chavales saltaban al centro del campo para saludar a los jugadores, hacerse fotos y pedir autógrafos. Las caras de ilusión y alegría eran visibles y los jugadores correspondían con cariño atendiendo a todos los presentes. Incluso algún privilegiado tuvo la oportunidad de compartir toques con ellos o lanzar balones a la portería.
Un entrenamiento que se salía de lo habitual y que se convertía en el mejor regalo de Reyes para los jóvenes aficionados y también para los jugadores, a quienes estas actividades les recuerdan la ilusión que hay depositada en ellos.
Un acto con el que el Club quería agradecer el apoyo de su afición y ofrecer, especialmente a los más pequeños, la oportunidad de compartir un rato con sus ídolos.
