Chocó la SD Huesca ante la mayor efectividad del Leganés, que logró en dos zarpazos neutralizar todos los buenos minutos que pudieron cosechar los de Cuco Ziganda. Los azulgranas volvieron de vacío de Butarque, en su primera derrota a domicilio del curso, que sigue dejando en blanco el casillero de triunfos. Con poca conexión a la hora de dar el pase letal, y una defensa inédita hasta el momento, marcada por las ausencias, los azulgranas acabaron naufragando entre la tormenta que cayó sobre el campo madrileño.
Fue un balón que robó en campo contrario Joaquín y con el que acabó pisando área pequeña el resorte que necesitó la SD Huesca para empezar a crecer sobre el césped de Butarque. Se llegaba al minuto 25 y hasta ese momento, tanto el Leganés como los azulgranas se habían repartido la posesión sin asomarse con peligro al área. De hecho, la primera clara de los locales llego desde fuera de esta, con un potente disparo de Neyou que repelió Álvaro Fernández a la media hora de juego. Con un control romo sobre la pelota, a los de Ziganda les costaba llegar con peligro al último tramo del campo rival. Sin llegar a conectar con Obeng, incansable en la lucha.
Mientras, los locales parecían ganar en comodidad, y con ello en peligro, hasta que en un pase atrás casi desde línea de fondo, Miramón -que no celebró el tanto-, la enviaba a donde no llegaba Álvaro. Al borde del descanso, los azulgranas se veían condenados a irse al vestuario por detrás en el marcador.
Movió el banquillo pronto Ziganda, con la entrada de los debutantes Hugo Vallejo y Javi Mier en la reaundación del juego. Y de este último llegó la más clara de su equipo hasta el momento, apenas siete minutos después de entrar al campo. Gerard leyó su desmarque, para dejarlo ante el portero, aunque algo escorado, encontrándose con el larguero en su disparo. A punto estuvo Vilarrasa de llegar al rechace.
Ganó la SD Huesca en posesión y presencia en campo contrario, aupándose en la tranquilidad de un rival con ventaja. Refrescó entonces el ataque el técnico del cuadro oscense, cambiando de referencia ofensiva, con la entrada de Diego Aznar por Obeng. Caía entonces una fuerte tormenta sobre el césped de Butarque, y el Huesca lograba poner algo de peligro bajo la intensa lluvia, con un disparo de Javi Martínez que detenía el portero cuando a punto estaba de superarlo. Pero lejos de encontrar el premio del empate, se repetía el guión de la primera parte, y cuando el Huesca parecía tener más dominio, el Leganés se mostraba mucho más letal. En este caso propiciando una contra tras un robo que terminaba en el 2-0.
Iván Martos y Rafa Tresaco agotaron los cambios de la SD Huesca, con apenas cinco minutos por descontar para el tiempo reglamentario. Pero el desenlace se convirtió en una extensión del guión previo, con los oscenses demasiado imprecisos en el último tercio hasta el pitido final.
