Esta temporada, la SD Huesca hará entrega a cada rival al que se enfrente en El Alcoraz de un busto que tiene mucho significado detrás. El obsequio trata de dar reconocimiento a la primera plantilla de la SD Huesca, formada a inicios de los 60, que devolvió al club a competiciones oficiales.
Una forma de recordar a los que pusieron la primera piedra de lo que ahora es la SD Huesca. Así quiere rendir homenaje el club al grupo de oscenses que se reunieron en el Bar Flor para formar el primer equipo en la capital altoaragonesa, después de 4 años de ausencia. Sin pretensiones económicas, ellos solo querían jugar al fútbol. Convocados por Patricio Funes, el primer presidente de la entidad, jóvenes de toda la provincia mostraron interés en devolver al escenario futbolístico los colores azulgranas. Venían de clubes de Tercera y Primera Regional, como Jacetano, Sabiñánigo o Barbastro. De esta forma comenzó el desafío. Un reto que partió en la Primera Regional de Aficionados y que, más de 60 años después, puede presumir de ascender a la máxima categoría de nuestro futbol y afianzarse en terrenos profesionales.
Janín, Aspiroz, Freire, Janín, Bajá, Val, Eloy, Lacostena, Lapargada, Franco, Lasaosa, David, Abella, Zurdo, Viñuales, Diz, Cuervo, Nito y los Ciprés. Todos ellos, todos defendieron nuestro escudo aquel primer año por los campos de Grañén, Delicias, Lamusa o Tardienta. Logrando solo un año después el ascenso a Tercera División Nacional. Una categoría donde ahora podemos decir que juega nuestro filial, mirando atrás sintiéndonos orgullosos de donde venimos. Aquellos jóvenes que ahora son abuelos ven como gracias a su primer paso, otros pueden vestirla en lo más alto del fútbol español.
Siguientes noticias
