Luso vuelve a Aragón con ganas de ser profeta en su tierra. El zaragozano lleva más de 10 años en distintos equipos como jugador de Segunda División y, después de 200 partidos en la categoría, llega a Huesca con una experiencia y una calidad demostradas.
“Cuando surgió la opción de Huesca el proyecto me sedujo mucho, conocía a Emilio, a Rubi y a gente del equipo, además estoy al lado de casa. Todo esto facilitará la adaptación”, afirmaba en sus primeras palabras como jugador azulgrana.
El futbolista tenía elogios para el entrenador, con quien coincidió durante su etapa en Girona. “Conozco su metodología y no deja nada a la suerte, lo quiere todo controlado, trabaja muy bien”. “Lee muy bien el futbol y analiza bien al rival”, añadía. “Es uno de los mejores de la categoría y el mejor que he tenido en cuanto a entrenamientos y a llevar el vestuario”.
Por todo esto dice estar muy ilusionado con un proyecto que le ha seducido. “Sentía que mi tiempo en Córdoba había terminado, quería nuevos retos y este cambio de aires me hace seguir con la misma ilusión del primer día”, explicaba.
Ve al Huesca como un equipo fuerte. “Hay un buen bloque, compacto, serio y firme en todas las líneas. Llevamos pocos entrenamientos pero se ve calidad. Es un proyecto bonito e ilusionante”.
En este sentido, cree que tiene “ADN Huesca”. “Soy un jugador de disputa, de luchar, de no reblar”, afirmaba Luso haciendo suyo el lema de su nuevo equipo.
Preguntado por sus objetivos personales, afirma que viene, sobre todo, a ayudar. “Cuando me toque hacerlo en el campo espero dar el nivel y mi mejor versión y, si me toca desde fuera, ayudar desde ahí porque esto es un juego de equipo, tenemos un objetivo común”.
Sobre los objetivos del equipo también se muestra claro. “Tenemos que ser realistas y respetar la competición. No podemos ser pretenciosos, aunque con ambición. El objetivo son los 50 puntos pero ya se ha visto que, con trabajo, se pueden lograr grandes cosas”.
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