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Afición

Historia de un abrazo

La historia de Chimy y Miguel nos inspiró, por eso, iniciamos una cadena para extender el #AbrazoDeGol. Ahora, queremos que todo esto desemboque en un hito en El Alcoraz este domingo: un gran abrazo con nuestra afición.

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Estrechar entre los brazos en señal de cariño, esa es la definición de abrazo. Sin embargo, un abrazo, en fútbol, es mucho más. Es el momento en el que todo un estadio se levanta, en el que toda una afición se emociona unida y en el que la palabra equipo cobra más significado que nunca.

Un abrazo marca una celebración pero también marca la unión de un grupo. No importa quién marque. Ese gol es el resultado del trabajo de muchas personas.

Chimy Ávila y Miguel iniciaron esta historia. El futbolista y el niño que es más aficionado que recogepelotas, que vive los partidos desde el césped y que nunca olvidará el día que celebró un gol abrazándose a los jugadores del primer equipo. Como tampoco olvidará el día en el que el club los reunió en señal de agradecimiento por ese apoyo incondicional.

Esta historia nos inspiró y, por eso, iniciamos una cadena en redes sociales para extender el #AbrazoDeGol. Muchos jugadores ya se han sumado, retándose entre ellos a subir vídeos o fotos de sus mejores abrazos de gol. Una cadena que sigue abierta, invitando a equipos de todas las categorías a sumarse.

Ahora, queremos que todo esto desemboque en un hito en El Alcoraz: un gran abrazo con nuestra afición. Que todos los que estéis en el estadio este domingo os abracéis con quien tengáis al lado cuando suba un gol del Huesca en el marcador. Si lo hace, claro. Y si no, cuando termine el partido, porque este Huesca ha dado motivos de sobra para abrazar.

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