Ni el horario ni el frío impidieron que El Alcoraz se vistiera de gala para recibir, este lunes, al Real Zaragoza. Los oscenses llegaban con las ganas y la ambición de romper la historia y vencer al equipo maño por primera vez, y lo hicieron, por todo lo alto. Melero y Cucho volvieron a ser los artífices de los goles pero todos los azulgranas desplegaron su mejor fútbol para ofrecer una auténtica exhibición ante unas gradas abarrotadas. El marcador con el 3-1 final deja a la SD Huesca colíder de Segunda al cierre de la jornada.
Rubi daba entrada para este partido a Chimy Ávila y recuperaba a Aguilera y Brezancic tras superar sus lesiones. El partido empezó pronto con problemas para el Huesca ya que Vadillo se retiraba con molestias para dejar su sitio a Ferreiro. Fue precisamente el gallego quien puso la bola en la cabeza de Melero para que el capitán inaugurara el marcador a los 15 minutos de partido.
A partir de ahí, el Huesca se vino arriba con intensidad, calidad y numerosas llegadas con peligro. Una primera parte en la que el Huesca fue superior y tuvo ocasiones para ampliar la ventaja.
En la segunda mitad, la superioridad azulgrana fue total y el Huesca seguía siendo el dueño y señor del duelo. Tras varias ocasiones, no tardó en llegar el 2-0. Un balón disparado por Akapo hacia puerta acabó llegando hasta Cucho, quien clavó el balón en la red. Con el marcador a favor, el Huesca siguió dominando y presionando arriba, con ganas de ir a por el tercero.
El Zaragoza metió los nervios con un gol de falta que metió Zapater en el 84. Sin embargo, los nervios duraron poco y es que, en un minuto, Cucho hacía el 3-1 definitivo, con un golazo desde fuera del área, ante la alegría de la afición oscense que, por primera vez, veía ganar a su equipo ante el Zaragoza en un derbi. Un partido que, más allá de lo emocional, sirve para continuar la buena racha y encadenar ocho jornadas sin perder, situarse colíder de Segunda y seguir demostrando que este Huesca dará mucho que hablar.