Se guardaba la tarde la crueldad para su último suspiro. Pues una SD Huesca poderosa ya no solo en las estadísticas, sino también en las sensaciones, parecía encaminarse hacia la victoria en el Belmonte. Añadía seis el árbitro con el empate a uno en el marcador, y un gol de Vallejo en el último de ellos, agarraba a los azulgranas con fuerza a la lucha de la cabeza alta de la clasificación. Pero el cartelón se reveló mentiroso, y lejos de morir el encuentro en la enorme piña que hizo toda la plantilla oscense sobre el número 10, todavía guardaba tiempo para no solo un revés más. Sino para dos. Entre la perplejidad y la extenuación, vieron los de Hidalgo como se escapaba toda opción de puntuar en un partido que habían dominado, y dejaba para la épica el desenlace del curso. Aunque como defendían entrenador y capitán, hasta que las matemáticas digan lo contrario, el equipo luchará.
Dio dos avisos Patrick Soko ya en el arranque de la primera parte. El primero, y más claro, cuando no se había cumplido ni el minuto diez de juego, y el camerunés cabeceó muy cerca de los tres palos el centro que le pusó Gerard Valentín. También el extremo catalán buscó portería, en un disparo que desvió la defensa, cuando ya había encontrado la dirección corecta. Los azulgranas acumularon las más claras en el área local, sin excesivo sufrimiento, pero como suele ocurrir en la ilógica lógica del fútbol, quien perdona acaba pagando. Y en prácticamente su único acercamiento hasta ese momento, el Albacete logró abrir el marcador.
Solo lucía el minuto 39 en el luminoso, por lo que la SD Huesca optó por mantener la calma y el guión, y a punto estuvo de encontrar el premio del empate antes del descanso. Fue con una acción muy parecida a la inicial de Soko, pero esta vez el balón desde la derecha llegó centrado por Loureiro. Pero nuevamente, se iba fuera, sin poder evitar que el partido llegar a su ecuador con la mínima ventaja para el Albacete.
Quisó revertir la situación al SD Huesca rápido a la reanudación, y acumuló hasta tres llegadas con peligro antes de alcanzar el 53. Un remate de Pulido que no encontró portería por muy poco, un cabezazo de Kortajarena que se fue a córner, y un disparo cruzado de Javi Hernández que detuvo el guardameta en dos tiempos ya sobre la línea. Los de Hidalgo querían hacer valer que sus opciones de seguir peleando con la parte alta de la clasificación pasaban, en gran medida, por el Belmonte. Por ganar en el Belmonte.
Y Sergi Enrich dio el primer paso para ello, haciendo el empate en el 58, coronando los mejores minutos del equipo. No quiso ni detenerse en celebrarlo, instando a sus compañeros a seguir con el partido lo antes posible. No había tiempo que perder.
Hugo Vallejo y Toni Abad fueron los primeros cambios, ocupando el lugar de Javi Hernández y Rubén Pulido. Y después saltó al terreno de juego Joaquín, en sustitución de Gerard Valentín. Conseguía la SD Huesca tener la pelota sin sufrimiento, pero faltaba ese último pase certero. Probó Óscar Sielva con un disparo desde la frontal, muy desviado, cuando se entraba en los últimos y decisivos diez minutos finales.
Unzueta sustituyó a Soko y Willy a Kortajarena, ya completando los cambios a cinco del final. El canterano buscó sorprender con un disparo en la frontal, muy desviado, prácticamente en el límite del reglamentario. El cuarto levantó un seis como añadido, y la SD Huesca apretó dientes y puso la directa, encontrando el hueco en Vallejo, que hacía el 1-2. Parecía alfombrarse el triunfo, ya un minuto por encima de lo sumado originalmente. Y allí, en el último esfuerzo de quien ve ya la orilla tras una larga travesía, el que parecía el último arreón local, se topó con el premio de un empate, que tampoco fue suficiente para el pitido final. Un último córner que se lanzó para incredulidad de todos los presentes, al suponer el 111 de partido, traía el golpe más duro a la moral de la SD Huesca, en forma de un doloroso 3-2, ya al fin, definitivo.











































