Acariciaba la SD Huesca el triunfo, ya en los diez últimos minutos de juego, cuando el árbitro señaló el punto de penalti. El colegiado señalaba pena máxima un forcejeo en el área y enseñaba la segunda amarilla a Pulido, dejando a los azulgranas con uno menos en medio del jarro de agua fría. Los oscenses recuperaron sensaciones en su regreso a El Alcoraz, pero no fue suficiente para lograr la primera victoria del curso.
Le costó entrar en calor a la SD Huesca sobre el césped de su estadio. Quizás tenía demasiado presente la dura derrota contra el Tenerife de su última cita en El Alcoraz, que se fijaba como punto de inflexión para volver a construir el fortín de El Alcoraz. Estuvo más incisivo el Mirandés en los primeros compases, arrancando un par de amarillas en los azulgranas, pero sin pisar con peligro el área de Álvaro. Una falta casi en la unión del área con la línea de fondo quiso colarse en la portería local y acabó sirviendo de resorte para los de Ziganda.
Empezaron así a ganar metros y buscar con intención la meta contraria, a través de un incisivo Gerard Valentín que encadenó varios balones claros al área. En la primera de ellas encontraba a Joaquín, que, en el corazón del área, sacaba un potente disparo que se topaba con un defensa. Probaba también un activo Javi Martínez, que a punto estaba de sorprender en varias ocasiones con disparos lejanos. Apretaba así la SD Huesca cuando se llegaba al descanso, sin cambios en el marcador.
Se reanudaba el juego con un cambio obligado por parte de Ziganda, ante las molestias de Iván Martos daba entrada a Vilarrasa. Pero no modificaba el guión, y en los primeros compases Obeng llegaba a línea de fondo en una rápida conducción que finalizaba en córner. El Huesca se encontraba cómodo y encontraba conexiones, era el momomento de reflejarlo sobre el marcador. Javi Martínez era el encargado de ello, en el minuto 55, con un auténtico golazo, en un córner sacado en corto que colaba por el segundo palo, disparando casi sin ángulo.
Tocaba defender la ventaja con uñas y dientes, obligando a la SD Huesca a sacar su versión más sólida. Movía el banquillo Cuco Ziganda entonces, dando salida a Enzo Lombardo y al debutante Rafa Tresaco, en lugar de Joaquín y Javi Martínez. Le costaba tener el balón al conjunto azulgrana, que recibía entonces un duro castigo, con penalti a favor del Mirandés y expulsión de su capitán por doble amarilla, que se traducía en el empate, con apenas seis minutos por descontar. Juanjo Nieto ocupaba la posición de Gerard Valentín para intentar equilibrar líneas y pelear el tramo final. Y entre minutos de juego bronco, el partido finalizó con un reparto de puntos de sabor amargo.
