Se cernieron las nubes negras sobre los intereses de la SD Huesca muy pronto en el Ciutat de Valencia. Un 1-0 en el marcador y un jugador menos sobre el campo antes de la media hora de juego no parecía el escenario más esperanzador para los de Hidalgo a la hora de visitar al Levante UD. Pero los azulgranas tiraron de orgullo, pese a jugar con diez durante más de una hora, para rozar el milagro de puntuar en un encuentro con el peor guión posible. Se hizo carne una vez más el 'No reblar', aunque las esperanzas de remontada murieron en la orilla.
Un gol en el primer minuto es un mazazo demasiado fuerte, por mucho partido que quede por delante para contrarrestarlo. Y quiso enmendarlo rápidamente el conjunto azulgrana, pero el disparo de Javi Martínez en un balón rechazado a la frontal, se fue por encima del larguero. Aguantó con más orgullo que orden la línea defensiva los siguientes arreones locales para ir ganando algo de calma. Pero si un gol en el inicio es un duro golpe, quedarte con uno menos antes de la media hora de juego, es también difícil de digerir. Y más atendiendo a la acción, en el centro del campo, donde solo el colegiado vio la máxima sanción para un Kento que conducía el balón.
Gerard se llevaba la mano a los isquios en una carrera, continuando con la cadena de contratiempos para Antonio Hidalgo, que ya se había iniciado en Huesca, con una convocatoria claramente mermada por las lesiones de Juanjo Nieto, Óscar Sielva, Rafa Tresaco, Rubén Pulido, y las de Abou Kanté y Javi Mier, en las dos últimas sesiones previas. Y así, el segundo del Levante, en un disparo lejano de Carlos Álvarez solo hizo más que ahondar la herida del equipo, para el que el paso por vestuarios fue un alivio.
Así se demostró en la reanudación, con un equipo con Kortajarena y Hugo Vallejo como nuevas piezas. Y precisamente en la primera acción de este último, que cayó en el área, el árbitro señaló penalti. Obeng ante Andrés Fernández y el delantero no falló, acortando distancias, y dando un hilo de esperanza a su equipo, dispuesto a crecerse ante las circunstancias. Y tuvo Kortajarena el empate, en un balón que Balboa condujo hasta la línea de fondo para pasarla atrás, pero el disparo no encontró los tres palos.
Logró el Levante frenar un ritmo de encuentro que no le beneficiaba, aupado en su superioridad numérica. Sacó Álvaro Fernández los guantes para evitar que un disparo lejano se convirtiera en el tercero. Buscó un perfil más ofensivo Hidalgo con la salida de Lombardo por Álex Balboa, consciente de que tenía más que ganar que perder, en un encuentro que se había puesto muy cuesta arriba. Animaban los aficionados azulgranas en el Ciutat, en busca del milagro, y aunque el técnico quemó naves sustituyendo central por delantero, con Bolívar por Jérémy y Pulido convertido en un nueve más, el tremendo esfuerzo acabó siendo en balde.

