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Actualidad

Victoria para recuperar sensaciones

La SD Huesca sacó a relucir su casta y orgullo para remontar un partido que se puso cuesta arriba. El primer tanto de Gonzalo Melero hizo creer y el de Chimy Ávila hizo estallar a un Alcoraz al que le quedan aún muchas batallas por disputar.

Grandísimo partido en El Alcoraz, donde los oscenses no dejaron de luchar hasta el último minuto imponiéndose en el marcador tras una rápida remontada gracias a los tantos de Gonzalo Melero y el Chimy Ávila. El apoyo de la afición azulgrana sirvió para que los de Rubi remontaran el vuelo y recuperaran sensaciones de cara a los próximos encuentros. Rubi sabía que a los de Cataluña les gustaba jugar al toque, manteniendo la posesión del esférico, así que propuso un once con un doble pivote formado por Moi Gómez y Lluís Sastre para intentar luchar por ese control del balón. Además, el técnico adelantó la posición de Gonzalo Melero a mediapunta, y no se equivocó porque el madrileño fue el protagonista del primer gol local.

El partido empezaba centrándose en la banda derecha. Los dos equipos desarrollaban sus jugadas por este sector y el azulgrana, David Ferreiro, dispondría de la primera ocasión oscense. El gallego se abriría hueco en el borde del área y dispararía raso, buscando el palo corto del portero, pero sin tener suerte. Los primeros cinco minutos dieron para mucho porque los catalanes tuvieron una de las oportunidades más claras de todo el encuentro. Monchu se internaría en el área y le quedaría únicamente batir a Remiro, pero el vasco fue más rápido y consiguió rechazar el esférico. El balón le fue a parar a Cucurella, el cual tiraría a trompicones y terminaría el portero local parando el esférico por completo. Con estos avisos del conjunto de Cataluña, los aragoneses empezaron a crear peligro sin ningún tipo de descanso durante los siguientes minutos.

Las recuperaciones de los oscenses estaban a la orden del día y llegaban a crear peligro pero sin llegar a tener suerte en los metros finales. La presión tan asfixiante de los de Rubi hacía que el filial barcelonés pecara a la hora de sacar el balón desde atrás, lo que se convertían en ocasiones azulgranas de gol. Una de ellas la tuvo el Chimy Ávila en el minuto veintitrés de cabeza, pero el esférico se iría por encima de los tres palos.

El desborde y regate de David Ferreiro se notaría aún más en la segunda parte, donde llegarían todos los tantos del partido. El filial barcelonés sería el conjunto en golpear primero gracias a un penalti en el minuto cincuenta y cinco de juego anotado por Carles Aleñá. A la hora de ver un obstáculo, los de Rubi supieron ver un escalón y no reblaron hasta el último minuto, consiguiendo así una gran remontada.Ferreiro era incansable y, tras poner un centro al segundo palo, Chimy Ávila cabecearía hacia atrás, en la línea de fondo, haciendo que Gonzalo Melero empujara el esférico e impusiera las tablas en el marcador. La euforia en el feudo oscense se hizo latente cuando el delantero argentino anotó el último tanto. El Chimy no conoce la palabra descanso y, tras luchar por un balón que casi todo el mundo veía como perdido, se internaba en el área y hacía el segundo para los oscenses. Los minutos finales se traducirían en una ocasión para un recién entrado: Álvaro Vadillo. De falta lateral, el sevillano buscaba la escuadra de la portería sorprendiendo al meta del conjunto catalán que repelió el disparo como pudo.

Los tres puntos se quedaron en El Alcoraz, donde se vió reflejado el espíritu y el corazón de un equipo que vuelve a tocar la puerta a solo dos puntos de los puestos de ascenso directo. Sin reblar por un sueño que cada vez está más cerca. Que nadie dé por muerto a este equipo porque aún queda mucho por jugar.