Los vecinos de Abiego no quieren que los más pequeños pierdan el contacto estos días, pese a no poder verse como antes. Por eso, de manera espontánea, surgió la idea de que cada día uno de ellos enviara un cuento al resto para darse las buenas noches.
Y, ¿cómo lo hacen?, en formato de vídeo. A partir de ahí, todo vale. “Hay cuentos hechos con marionetas, con sombras chinas, stop motion… hay lugar para la creatividad”, explica Anna, madre de dos niñas de la localidad.
De esta forma tan original, mantienen el contacto con los otros niños y sienten su apoyo aunque no puedan estar juntos. “Les hace mucha ilusión y se sienten más cerca”, afirma Anna. Además del tiempo que emplean en elegir el cuento, pensar cómo contarlo, preparar el material y grabarlo.
Los niños eligen sus cuentos favoritos y cada día uno de los 10 niños que viven en Abiego se cuela en las casas de sus amigos para darles las buenas noches y recordarles que siguen ahí, esperando a volver a jugar en las calles.
