La SD Huesca B ya lo puede decir, los azulgranas son líderes de la Tercera RFEF tras una sufrida y trabajada cita ante el CF Épila en La Huerta. Un partido donde marcó diferencias la eficacia mostrada por los de Sebas Martínez y una gran actuación defensiva en los tramos de mayor dominio del adversario. Ángel Pérez anotó el único tanto y Miguel Ángel detuvo un penalti que vale tres puntazos.
No se podía fallar, porque no se podía tener la cabeza de la clasificación tan a mano. Los altoaragoneses viajaron a Épila dependiendo de sí mismos para quedar en lo más alto, y cumplieron. Frío, viento, una afición local que arropaba a los suyos y un rival que se ha mostrado prácticamente intratable en todos estos meses de competición. Los epilenses no habían mostrado flaquezas en prácticamente todo lo jugado, pasaron toda la primera vuelta invictos y solo habían perdido una cita en su casa. Los oscenses sabían que desde los primeros minutos no podían conceder ningún tipo de facilidad, y salieron agresivos y con personalidad, pese a ser una plantilla joven. La prueba era muy exigente, y no fallaron. Los de la cruz de San Jorge mostraron intensidad en un contexto de muchas disputas y de constates contragolpes. Logrando en los primeros compases la ventaja en el marcador, una distancia que conservarían durante todos los 90’ minutos apretando los dientes. Ángel Pérez fue el autor de la primera y única diana, tras una gran asociación de varios componentes de la parcela ofensiva (0-1). No se había disputado ni 15’ minutos de cita, todavía quedaba lucha. El balón duraba poco por ambos lados en el primer acto, y ambos sumaron llegadas. El equipo se mantuvo firme atrás, menos en una acción donde el colegiado señaló penalti a favor de la escuadra de Rubén Zapater. Rafinha fue el encargado de ejecutarlo, pero Miguel Ángel se hizo grande para adivinar el lado y detenerlo. El meta azulgrana sostuvo al equipo en un momento clave e hizo que los suyos se fueran por delante a vestuarios.
En la reanudación, el plantel azulón dio un paso adelante y el Huesca tuvo que pasar a su versión más voluntariosa y sacrificada. Aznar se marchó nada más empezar y salió en su lugar un activo Jaime Escario, que lanzó los contraataques de los suyos. También buscó sus opciones el equipo a través del balón parado. David García ejecutó un saque de esquina que fue dirigido al segundo palo, y que no dudó en atacar Pablo Grande. Sin embargo, el Épila era el que asumía el peso del juego y dominó durante los últimos 45’. Los locales crearon peligro, pero se encontraron contra un muro. Bernárdez, Anglada y Grande se mantuvieron sólidos, y de las que no pudieron detener, se encargó Miguel Ángel Sanz con soberbias intervenciones. Los oscenses intentaron hacer daño saliendo rápido, destacando Escario y un Pérez activo. También hizo un buen papel Nick Butler, ocupando el puesto en el once de Tresaco. Sebas Martínez refrescó la zona ofensiva con jugadores rápidos, que dieron energía. Abizanda y Amandi entraron por Butler y Mata. También ingresó en la lanza de ataque el juvenil Diego Ibáñez, en lugar de un participativo Asier Seijo. Los once jugadores echaron el cerrojo y aguantaron en una auténtica caldera. Ganado tres puntos que valen el primer puesto en casa de un Épila experimentado y con jugadores de alto nivel en la categoría.
