Ziganda: “Queremos despedirnos con una gran alegría”
"Queremos hacer un buen partido, porque los dos últimos de casa no lo han sido, y queremos que la afición se vaya con buen sabor de boca y dejar claro que El Alcoraz es un fortín" decía el técnico antes de la última jornada de la temporada
“Siempre hay algo en juego y, con este partido, queremos terminar con buen sabor de boca, dejando buenas sensaciones y, sobre todo, que la afición se vaya contenta, que vea a un equipo serio, que juega unido y lo deja todo. Queremos irnos con esperanza de cara a la próxima temporada, dejando claro que El Alcoraz es un fortín”. Argumentos no le faltan a Ziganda de cara a motivar el encuentro de mañana ante el Eibar. Un partido que, más allá de la clasificación, servirá para que equipo y afición se puedan despedir “con una gran alegría”.
El técnico es consciente de que los últimos partidos en casa no han sido buenos y buscará quitarse esa espina. “Podemos darle un empujón a este final de temporada, demostrar que somos capaces de ganar dos partidos seguidos ante un rival de mucha calidad que mantiene el espíritu competitivo a tope y al que tendremos que plantar cara”.
También de que afición y equipo se reconcilien después del último encuentro en El Alcoraz. “El final de ese partido fue el que fue, priorizamos el asegurar la permanencia y evitar sustos de última hora. Es verdad que el partido no fue bueno, el público hizo notar su malestar y no queda otra que aceptar y tomar nota y, no solo quedarse ahí, sino ponerse manos a la obra para mejorar. Así que es la oportunidad, gran y última oportunidad ante un rival de mucha entidad”.
Precisamente, respecto al rival, decía. “Está claro que están haciendo una gran temporada, ahora ha desaparecido de su objetivo el ascenso directo, pero pelean por puestos de play off. Espero un partido serio, son muy buenos jugadores, con mucho ritmo y que someten a todo tipo de contrarios. En cuanto a exigencia y oponente, espero la máxima dificultad”.
Y sobre los objetivos de los suyos, explicaba que, “el mínimo ya está conseguido, al premio gordo no llegamos. Pero la clasificación es importante y el orgullo también. Nadie tira nada, sabemos el contrario que tenemos y no queremos sufrir, queremos ser un Huesca reconocible en una buena versión”.
Haciendo balance de la temporada, el técnico tiene claro dónde están el margen de mejora, pero también se queda con las cosas buenas del equipo para seguir potenciando el próximo curso.