Vuelta a los terrenos de juego. La SD Huesca B regresa a la competición después de que el pasado fin de semana se viera interrumpido su duelo directo ante la SD Ejea ante la indisposición por enfermedad de un gran número de integrantes de la plantilla azulgrana. Ahora, con todo el hambre acumulado, los nuestros viajarán a la Jumaya para enfrentarse al Calamocha CF y seguir plenamente vivos en la pelea por el ascenso a Segunda RFEF. Eso sí, todavía con bajas muy significativas.
Se espera un encuentro a domicilio de los más complicados de esta recta final de la Tercera RFEF. El conjunto calamochino, que está logrando el objetivo de alejarse del descenso, es decimosegundo con siete puntos por encima de la zona peligrosa. Por lo tanto, el filial se cruzará con un rival cómodo clasificatoriamente y que buscará ir a más. Asimismo, se trata de uno de los equipos más fuertes en casa. De los últimos diez juegos en su territorio, solo han perdido una cita. En la última jornada sacó un punto frente al CF Épila (1-1), mientras que en su partido más reciente en su feudo consiguió otro ante el Ejea (0-0). Unos buenos resultados que se consiguen a base de una buena solidez defensiva, una característica muy reconocible del próximo adversario, pues es de los clubes que menos encaja.
Durante el último partido entre ambos, el Huesca logró anular completamente al Calamocha, llegándole a marcar cuatro tantos y manteniendo la portería a cero (4-0). Los nuestros salieron con mucho ímpetu y consiguieron anotar el primero a los 10’ con una diana en propia puerta. Antes de la media hora, Ángel Pérez puso tierra de por medio. En la reanudación, el equipo mantuvo la inercia y anotó otros dos en los compases finales, gracias a la pegada de Diego Aznar y Miguel Torguet. Esa será una de las claves para obtener un gran resultado, mantener la competitividad de principio a fin y materializar las ocasiones.
