Cierre de la primera vuelta muy dulce en la SD Huesca B. Los altoaragoneses consiguieron un buen resultado en casa de un CD Belchite 97 (0-2) que siempre se muestra como un duro anfitrión, adueñándose de una de las posiciones del play-off de ascenso a Segunda RFEF. El conjunto de Sebas Martínez tuvo que sobreponerse a varios condicionantes en la primera mitad para que en la segunda todo el trabajo tuviera su efecto, siendo los azulgranas los que hicieron más méritos para acabar materializando en el área rival.
En los primeros minutos, como era de esperar, el partido fue de lo más igualado. Primero, por el rival que tenían delante, combativo y con las ideas claras; pero también por un terreno de juego dificultoso para jugar, después de la fuerte nevada que cayó en la localidad zaragozana. Por todo eso, el ritmo de juego no fue alto ni adecuado para las intenciones del cuadro oscense. Durante los iniciales 45', las fuerzas se igualaron y no se consiguió dar continuidad al juego, sucediendo pocas acciones y dejando en el descanso un marcador intacto.
Iniciada la segunda mitad, los nuestros lograron adaptarse y mejoró su puesta en escena. Defensivamente, el filial saltó al verde siendo mucho más contundentes y concediendo pocos errores; mientras que ofensivamente, consiguieron dar más velocidad al juego. El equipo logró transitar con más facilidad y acabaron llegando los resultados. El primer gol de los altoaragoneses surgió tras una gran jugada combinativa que culminó Sergi Armero nada más comenzar la segunda mitad (0-1), anotando su séptimo gol en lo que va de curso con la camiseta azulgrana. Esa primera diana llenó de confianza al equipo, y en el 58' se materializó el segundo, obra de Jaime Escario tras el lanzamiento de un saque de esquina (0-2). La SD Huesca B se desmelenó y aún tuvo más oportunidades para ampliar la ventaja. Llegando a tener un claro mano a mano ante el portero que acabó el balón desviado. No terminó de llegar el tercero, pero sí tres puntos muy importantes que refuerzan el trabajo del grupo. Un triunfo que sirve para posicionar al filial como quinto clasificado, cerrando las plazas de play-off, a tan solo un punto de distancia con el segundo, pero con los mismos que el Caspe, sexto. Una situación clasificatoria dónde no hay margen de error y está todo apretado jornada tras jornada.