Dolía el resultado final que reflejaba el marcador en El Alcoraz tras el paso del Valladolid. Un duro 1-4 para los azulgranas que se vieron noqueados por la efectividad de su rival, que ya desde los primeros minutos encontraron el más codiciado premio a sus ofensivas. Demasiado castigo para los de Jon Pérez Bolo, que tras este pequeño bache en la progresión de su equipo, piensa ya en la Cultural para recuperar las buenas sensaciónes.
Tocó remar pronto en contra, porque en el minuto de 6 el Valladolid lograba hacer el primero. Efectividad máxima para los visitantes, ya que había sido la SD Huesca la que había salido al terreno de juego más entonada, de hecho, antes del primer tanto pucelano, los azulgranas habían podido adelantarse a través de Pulido, que por poco no llegó a empujar el balón que había puesto Dani Ojeda buscando portería, en un saque de esquina. Un paradón del guardameta del Valladolid impidió el empate en el 20, a disparo de Ángel Pérez, ajustado al poste.
Parecía haberse dormido el encuentro un poco, cuando el Valladolid encontró oro en la contra tras una falta. Tocaba arremangarse por partida doble.
También fue doble el cambio que realizó Bolo al descanso, dando salida a Ntamack y Luna por Dani Ojeda y Kortajarena. Un remate de espaldas de Sergi Enrich fue el primer disparo a portería de la segunda parte, en unos primeros minutos intensos en ambas áreas. Y en ese toma y daca, volvió a ser el Valladolid el vencedor, anotando el tercero, y dejando muy tocados a los azulgranas.
Las salidas de Ro y Enol fueron automaticas, como reacción al tanto pucelano. Y consiguió la SD Huesca ganar metros y llegar con peligro a los dominios del rival, pero faltó la efectividad que sí había tenido este en área contraria.
Jesús dejó su sitio a Liberto, y casi en la siguiente acción, llegaría el gol de Ntamack. Con un cuarto de hora por disputar, El Alcoraz gritaba 'Sí se puede'. Pero no esperaban que llegara un nuevo mazazo en forma de gol rival. El 1-4 ya dejó poco para pelear, hasta alcanzar el 90.