Una jugada aislada fue demasiado castigo para la SD Huesca en su amistoso contra el Racing de Santander, en Laguardia. Suena a tópico decir que en pretemporada el resultado es lo de menos, pero sobre el césped de la localidad alavesa la valoración fue más positiva que el 1-0 que arrojaba el marcador al final de los 90 minutos. Pese a las numerosas bajas con las que afrontaba Cuco Ziganda el encuentro y el mazazo que supuso recibir un gol en contra cuando no se cumplía la media hora de juego, el conjunto oscense mantuvo el orden y con ello la posesión, aunque le faltó mordiente en los últimos metros.
Los primeros avisos fueron azulgranas, con un remate de Soko a centro de Nieto, y después con dos disparos lejanos de Lombardo y Vilarrasa que sacó la defensa. El extremo francés ponía el desborde, obligando al Racing a frenarlo a base de faltas. Precisamente en una de ellas que no señalaba el árbitro se hacía Pombo con el balón, y, aprovechando la posición algo adelantada de Álvaro, buscaba el disparo casi desde campo propio. El guardameta lograba tocar la pelota, pero esta daba en el larguero y terminaba dentro. Excesivo castigo para un Huesca que había logrado jugar en campo contrario hasta entonces. El gol igualó un poco la posesión, pero sin que el Huesca se descompusiera ni cediera metros, acumulando las más claras hasta el paso por vestuarios.
Siguió marcando el ritmo la SD Huesca tras la vuelta al campo, ganando verticalidad con la salida de Gerard Valentín, pero sin acierto en el último pase. Pudo Manu Rico igualar las fuerzas en el arranque, en un balón horizontal que recibió en el corazón del área, pero su disparo se fue por encima del larguero. El paso del tiempo quitó frescura a los dos equipos, que movieron el banquillo y dieron paso a unos minutos finales que se fueron enrareciendo, terminando el encuentro con una disputa en la que el colegiado sacó varias tarjetas rojas.
