No quiso pecar de exceso de euforia Míchel en la rueda de prensa posterior al 3-1 frente al Deportivo de la Coruña, pero el entrenador no pudo negar su satisfacción con la imagen mostrada por sus jugadores. “Por la entidad del rival y la intensidad que hemos mostrado, ha sido un gran partido. Pero no dejan de ser tres puntos y estamos en el inicio, por lo que quedan muchos. Esta es la línea a seguir, porque hemos jugado como un equipo. Teneos una muy buena plantilla, pero los halagos no nos van a hacer fuertes, sino a debilitar. Hay que tener la cabeza en su sitio, porque esto acaba de empezar, pero me voy muy satisfecho porque queríamos que se viera una muy buena imagen y la gente se enganchara”, comenzó su comparecencia posterior al triunfo.
Insistió varias veces el técnico en que el juego del equipo era el que haría a la SD Huesca competitiva durante todo el año. “La sensación ha sido muy positiva, con y sin balón. Al final los goles llegan por robos, porque nosotros insistimos en la presión alta. El equipo ha dado un nivel muy alto”, consideró Míchel, que también dijo sentirse “como en casa" en El Alcoraz.
No quiso hablar de “golpe de autoridad” pese a haber vencido a un rival de los llamados a estar arriba en la tabla: “Hay que seguir dando golpes de autoridad todas las semanas. Ser fiables y competitivos. Yo estoy seguro que lo vamos a conseguir, porque es lo que veo y me transmiten cada día”.
“Hoy ha habido dos cambios respecto al once. Hay jugadores que se han quedado fuera que van a ser importantes. Tengo una muy buena plantilla, muy competitiva. Habrá tiempo para todos”, concluyó.
