Derrota de la SD Huesca B en su visita a la Ciudad Deportiva Dani Jarque, tras el solitario gol de Antoniu Roca (1-0). Los azulgranas encadenan su segunda jornada sin puntuar y cierran el año en Segunda RFEF. Sin embargo, el equipo tiene argumentos para seguir creyendo. Hoy, con siete bajas de partida y dos lesiones en el encuentro, compitieron contra una de las canteras más potentes de España.
En el pitido inicial, al conjunto de Dani Aso le costó entrar en el partido. En parte, por la puesta en escena de los pericos, que fueron un equipo súper vertical y con mucho desequilibrio. A los oscenses les costaba tener el balón, y cuando lo tenían, no lograban salir con facilidad de su campo. El Espanyol tuvo varios acercamientos, sin embargo, la acción de mayor peligro fue anulada. En la segunda mitad, Aparicio tuvo que ser sustituido por Diego Ibáñez. El filial perdía una de las referencias en el ataque desde que Carlos Kevin subió con el primer equipo. En su lugar, debutaba un juvenil de segundo año, que peleó cada disputa como si no hubiera un mañana.
El segundo acto no empezó como se esperaba, con un duro revés del Espanyol B en una transición rápida. El golpe, más que dejar tocado a un grupo de 17 futbolistas, los animó a insistir. Poco a poco con los cambios, el equipo fue ganando terreno a los locales hasta acosar la portería en los minutos finales. Entre esas sustituciones estaba la de Alberto Fuentes, que reaparecía tras una larga lesión. El azulgrana lo hacía reemplazando a un José Val que se fue con molestias. Por otro lado, Abizanda y Miguel saltaron al césped en lugar de Sastre y Sandoval.
Los oscenses encerraron a los pericos, tanto que el partido murió con Valera en el área rival. Los cambios surtieron efecto, dejando la sensación de un partido muy digno de los jóvenes, pese a todos los contratiempos. Supieron frenar la verticalidad de un rival poderoso y generar peligro para haber podido sacar, al menos, un punto.
