Los chicos de Gascón lograron un empate en su visita a la UD Montecarlo, que fue suficiente para seguir la temporada que viene en Liga Nacional. El encuentro fue un festival de goles, ocho en concreto, que acabaron repartidos (4-4). Pese a que la intensidad y el nerviosismo hicieron acto de presencia durante el encuentro, la derrota también hubiera valido, ya que dados el resto de resultados de los rivales les habrían servido para colocarse entre los seis mejores de la categoría. Todo gracias a la perfecta recta final de temporada.
El inicio del partido no empezó como desearon los pupilos de Augusto Gascón. El Montecarlo salió con todo, tanto que el marcador ya se encontraba 2-0 a la media hora de encuentro. La primera diana local llegó tras un rechace y la segunda en un saque de banda. El partido se le puso demasiado cuesta arriba al Juvenil en los primeros compases. Sin embargo, no fue un dominio claro del equipo zaragozano, pues los altoaragoneses eran los dueños del balón, pero le faltó agresividad en el ataque. Posiblemente por la falta de descanso, pues los oscenses venían de jugar el viernes contra el Atlético Monzón, un partido aplazado.
La llegada al descanso fue clave, el equipo necesitaba un cambio y Gascón le dio un lavado de cara. El técnico visitante fue con todo metiendo a Martín Luna, que acabó siendo determinante en el resultado. El atacante altoaragonés dio ese empujón que necesitaba el equipo. Demostraron un ejercicio de personalidad, de no reblar, y en el minuto 3' de la segunda mitad llegó el 2-1. En la salida de un córner, Luna abrió el marcador para los suyos, logrando un chute de moral que revolucionó el partido. Los azulgranas se vinieron arriba y se hicieron dueños del partido. En el minuto 54', Sampériz hizo la igualada (2-2). En menos de 10' minutos los de Gascón habían nivelado la balanza.
En el mejor momento del Huesca, el Montecarlo tampoco se arrugó y respondió a la contra, donde se volvió a poner por delante (3-2). Siguieron luchando los azulgranas, cuando de normal habría sido un golpe anímico muy duro. Los visitantes estaban decididos a llevarse el partido y asumieron todos los riesgos posibles. A falta de 10' para el final, Martín Luna se deshizo de dos rivales y batió al meta local (3-3). El Huesca estaba en crecimiento y no se conformó con el empate, en el 87' se puso por primera vez por delante con un gol de Puente (3-4). El choque siguió con altas revoluciones. Sampériz pudo hacer el quinto, pero el balón se estrelló en el poste. En el clímax, una acción trompicada fue suficiente para que el líder pusiese las tablas definitivas del encuentro. Los oscenses cerraron la jornada en sexta posición con 30 puntos, mientras que los locales acabaron con 59 en lo más alto de la clasificación. El Huesca Juvenil B logró la permanencia, gracias en parte a todo el trabajo físico y mental durante la temporada, tanto en los malos como buenos momentos. El carácter competitivo de los altoaragoneses ha tenido su recompensa.
