A la tercera fue la vencida en El Alcoraz. El hogar de la SD Huesca volvió a ser talismán con un triunfo clave para seguir soñando con todo ante la UD Las Palmas (1-0). Un gol de Shinji Okazaki justo antes del descanso hace dormir a los azulgranas en ascenso directo y mete presión a sus rivales por el ascenso a LaLiga Santander. El nipón, además, se convirtió en el japonés con más goles anotados en España en una misma temporada.
El encuentro arrancó de la peor manera posible: Cheick Doukouré se tuvo que retirar lesionado al poco tiempo de comenzar el duelo, sin contacto con ningún rival, y tuvo que ser sustituido en camilla. En lo meramente futbolístico, el Huesca carburó bien desde el inicio, con llegadas y oportunidades claras. En el 11', Okazaki cabeceó alto un centro de Ferreiro, en lo que sería el preludio del gol. Poco después, el propio Ferreiro remató de forma acrobática un pase alto de Miguelón, que tuvo que ser repelido por la zaga canaria. Josué y Okazaki, ambos de cabeza, pudieron abrir el marcador. Lo que empezaba a ser un monólogo casi se convierte en ventaja gracias a una gran acción individual de Sergio Gómez: su recorte hacia dentro acabó en la frontal del área con un chut raso, casi lamiento el palo de Josep. Al fin, al borde del descanso, Okazaki abrió la lata con su décimo gol del curso. Un cabezazo inapelable después del centro de Ferreiro, una vez más omnipresente.
La segunda parte apenas regaló ocasiones de gol. Rafa Mir y Cristo dieron otra chispa al ataque, pero no cristalizaron en oportunidades. Pasaban los minutos y la incertidumbre por un marcador corto crecía, sin que los visitantes inquietaran en demasía a Álvaro Fernández. En el minuto 84 sí se heló la sangre de los azulgranas, con un centro lateral que el exazulgrana Mantovani casi cabecea a las mallas. Poco después, el central argentino dejó a Las Palmas con 10 por doble amarilla. A dos minutos del final, los de Pepe Mel tuvieron una doble oportunidad incluso en el área pequeña, pero ninguno de los dos delanteros fueron capaces de transformarla. Los altoaragoneses supieron sufrir y conservaron una ventaja de oro.
